Este blog es realizado por un grupo de seglares, enamorados del Carmelo Descalzo, que quieren dar a conocer la figura de este insigne hijo de Santa Teresa del s. XX. Eminente Carmelita Descalzo de la Provincia de Castilla, durante 35 años fue confesor y director espiritual de Santa Maravillas de Jesús. Restauró el Santo Desierto de San José de las Batuecas, donde vivió 23 años entregado en soledad a la oración y el sacrificio. Allí definitivamente se unió con el Amado el 14 de junio de 1989 en olor de santidad.


Para comunicar favores, solicitar estampas, realizar donativos, pueden escribir a:

Translate

- Padre María- Eugenio del Niño Jesús



P. María- Eugenio del Niño Jesús (1894-1967)

El Siervo de Dios P. María- Eugenio del Niño Jesús (Enrique Grialou Miral) nace el 2 de diciembre de 1894 en una modesta familia de Gua, pueblo minero de la región de Aveyron (Francia). Educado en un clima de fe, se siente desde niño atraído por el sacerdocio e ingresa en 1911 en el Seminario de Rodez. Ni las penurias de su familia, ni la 1ª Guerra Mundial que interrumpirá sus estudios de seminarista (se incorpora al ejército en 1913 hasta 1919), apartarán a Enrique de su decisión de ser sacerdote. Al contrario, le harán madurar en su vocación y en su convencimiento de entregarse totalmente a Dios. Una característica de toda su vida será esta entrega total a la Voluntad de Dios manifestada a través de los acontecimientos.


“¡Soy sacerdote, sacerdote para la eternidad! Esta palabra es toda mi meditación. Hoy no me canso de repetirla y cada vez me produce una nueva dicha.”

En el retiro que precede a su ordenación subdiaconal, la noche del 13 de diciembre de 1920, Enrique lee un compendio de la vida de San Juan de la Cruz. El libro le parece insípido pero de repente tiene una iluminación súbita: Dios le quiere en el Carmelo Descalzo. Ante esta llamada irresistible se alzan numerosas resistencias: Su director espiritual: “¡Usted está loco!” Su obispo: “Póngase a disposición del Padre Vabre” (para recibir su misión en la diócesis). Su querida madre: “Te puedes ir, pero me habré muerto antes de que llegues a Capdenac. Me habré suicidado”. Después de su ordenación sacerdotal, el 4 de febrero de 1922 y a pesar de la oposición de su madre y de sus formadores, entrará en el noviciado de los Carmelitas Descalzos en Avon (Fontainebleau).

El 10 de marzo de 1922, el joven sacerdote Enrique Grialou recibe el santo hábito de la Orden del Carmen Descalzo, tomando el nombre de Fray María-Eugenio del Niño Jesús. En este tiempo, entregado al silencio, a la oración, al encuentro con Dios, profundiza en la gracia profética y mariana del Carmelo, haciéndola suya. Se empapa de las enseñanzas de los grandes Maestros del Carmelo, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, sin olvidar nunca a su amiga de infancia, Teresita del Niño Jesús. El Padre María-Eugenio presiente ya que tiene una misión. Esta misión, se irá explicitando como Carmelita Descalzo, y más tarde, como fundador de un Instituto Secular. A lo largo de toda su vida servirá apasionadamente a la Orden de la Virgen y a la Iglesia.


Desde el comienzo de su ministerio, convencido de la riqueza de la doctrina espiritual de los Santos Carmelitas, se dedicará con todas las fuerzas a difundir sus enseñanzas a públicos muy diversos, ya oralmente, ya a través de sus escritos. Impregnado de la actualidad de la Reformadora del Carmelo, Santa Teresa de Jesús, se pone a trabajar para revitalizar los Carmelos en Francia, siendo nombrado visitador apostólico por Pío XII en 1948. También ocupará algunos puestos de responsabilidad al servicio de la Orden: Definidor General (1937-1954), Vicario General (1954-1955), y Provincial de la Provincia del Sur de Francia (1957-1960 y 1963-1967). Entre sus diferentes escritos, destacamos su obra maestra, “Quiero ver a Dios” (1948-1951) que nos abre a su propia experiencia espiritual.

Llamado por Dios para trasmitir su gracia a una familia espiritual, funda en 1932 el Instituto Secular Notre-Dame de Vie, en Venasque (Francia). Este Instituto, formado por laicos consagrados (hombres y mujeres) y sacerdotes que viven de la espiritualidad del Carmelo, intenta testimoniar la presencia del Dios Vivo en los ambientes más diversos, en medio del mundo; viviendo y enseñando el camino de la oración contemplativa.

Y es que el P. María- Eugenio fue un hombre de fe, hombre de oración. Su fidelidad a este ejercicio de fe que es la oración le acompañará siempre. "La oración es como el sol y el centro de todas las ocupaciones del día. Por la noche, tengo la impresión de que es lo único importante que he hecho durante el día". También insistía mucho en la oración comunitaria, en la oración apostólica y misionera, en la llamada a todos, religiosos y laicos a entablar este trato de amistad con Dios: "La oración es el acto cristiano por excelencia, es la preparación de nuestra eternidad".

Era un educador del amor. Este amor halla su fuente en el Espíritu Santo y pasa a través de María, Madre de la Vida. La maternidad de María, su fecundidad espiritual estaba en el centro de su contemplación: "Después de Pentecostés, María es plenamente Madre, entregada por completo a su gracia maternal, en virtud de la cual ofreció a su Hijo. También nosotros debemos sentirnos envueltos por ese inmenso amor materno... Abandonémoslo todo a este amor cualesquiera que sean las circunstancias en que nos encontremos... Seamos hijos verdaderos de esta Madre de Dios. Él viene a nosotros por medio de ella”.

El Padre María-Eugenio fallece el 27 de marzo de 1967, un Lunes de Pascua, día de la fiesta de Notre-Dame de Vie, instituida por él para celebrar la alegría de María al ver a su Hijo Resucitado. Su proceso de canonización está incoado.


Bibliografía

- P. María- Eugenio del Niño Jesús: Quiero ver a Dios. Editorial de Espiritualidad, 2002.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...