Este blog es realizado por un grupo de seglares, enamorados del Carmelo Descalzo, que quieren dar a conocer la figura de este insigne hijo de Santa Teresa del s. XX. Eminente Carmelita Descalzo de la Provincia de Castilla, durante 35 años fue confesor y director espiritual de Santa Maravillas de Jesús. Restauró el Santo Desierto de San José de las Batuecas, donde vivió 23 años entregado en soledad a la oración y el sacrificio. Allí definitivamente se unió con el Amado el 14 de junio de 1989 en olor de santidad.


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- Madre Lucía del Niño Jesús y de la Santa Faz



He aquí la historia de una extraordinaria mujer: la Madre Lucía del Niño Jesús y de la Santa Faz, en el siglo Mireya Asunta Escalante Innecco. La Madre Lucía nació el 2 de octubre de 1918 en la ciudad de San Fernando de Apure (Chile), en el seno de una familia cristiana con cuatro hijos. Ella era la primogénita, inmejorable amiga de su propia madre Carolina desde su más temprana infancia. Dialogando con su madre le formuló la siguiente confidencia: “¿Existirá un hombre en esta tierra que me quiera toda la vida?”. Su madre le respondió: “Ah hija, eso, solamente Dios…”. Y decidida contestó: “Pues entonces, me quedo con Dios”.

Madre Lucía fue una niña como todas, alegre, traviesa y juguetona. La misma Madre contaba a sus monjas cómo empezó a soñar en su infancia con una monjita que le mostraba libros y la instruía. Su madre Carolina insistía en que peguntara quién era la monjita. Nunca explicó la Madre Lucía cómo lo averiguó, pero pronto estuvo segura de que era Santa Teresa del Niño Jesús. Su libro “Historia de un alma” la cautivó y sintió afecto, admiración y devoción a la Santa de Lisieux. Devoción que la llevará a pensar ingresar en un convento y llegar a ser monja. La Madre Lucía estudió Medicina. Empezó estos estudios en la Universidad de los Andes y los concluyó en la Central hasta el quinto año. Lo capital de esta etapa de estudios superiores estuvo constituido por un interrogante que no era otro que su vocación.


Profesión simple (1946)

Finalmente ingresa al monasterio de Carmelitas Descalzas de Cristo Rey y María Mediadora en Chile, el día lunes 9 de abril de 1945. El 9 de octubre del mismo año toma el santo hábito y recibe el nombre de Lucía del Niño Jesús y de la Santa Faz. “Del Niño Jesús y de la Santa Faz” se deben a su devoción por el Niño Dios y a un cálido recuerdo de la Santa de Lisieux.

En el convento se caracterizó por su dedicación a dar gusto a su Amado mediante la aceptación fiel de cuanto decían sus Superioras. Nunca se quejó, pero le costó bastante adaptarse a las temperaturas frías y a la alimentación de la zona. Siempre añoró la presencia de los suyos y continuamente los encomendó al Señor a la vez que ofrecía a Jesús el dolor de su renuncia. Concluido el noviciado hace la profesión simple el 10 de octubre de 1946. El 10 de octubre de 1949 pronuncia los votos solemnes y cinco días después toma el velo negro en una solemne ceremonia propia del Carmelo.
 
Cuatro años más tarde, su madre Carolina enferma de gravedad. “Mi mamá estando para ir a verme, cayó enferma con un cáncer galopante. Pidieron permiso para que fuera pero sin hábito. Mi mamá se iba a morir y yo en ese aprieto. Me dijo la Superiora que me pusiera ante el Santísimo. Yo no podía con tanto sufrimiento, sentía que las piernas se me doblaban. “Señor, a cómo sea, no te voy a dejar, me quedo contigo”. Y sentí clarito que así como a Abrahán, Él me prometía un céntuplo más allá”.


Siempre con la sonrisa en los labios

La Madre Lucía comenzó la restauración del Carmelo en Venezuela a los 37 años de vida y 10 en el Carmelo. El primer monasterio fue el de Nuestra Señora del Carmen y San José (Los Chorros, Caracas) fundado el 21 de abril de 1956. Las fundadoras venían de los monasterios españoles de Teruel, Valencia, Godella y del de la Madre Lucía en Chile.

Años más tarde y después del Concilio Vaticano II comenzó su periplo personal de fundaciones al estilo de Santa Maravillas de Jesús, a la que la Madre Lucía admiraba y estimaba. Ambas estaban en sintonía espiritual y, en comunión de ideales, lucharon por defender la herencia de Santa Teresa de Jesús.

  • En julio de 1971 funda el monasterio del Sagrado Corazón de Jesús en San Pedro de los Altos, trasladado en 1991 al Alto Escuque (Estado de Trujillo). Las monjas vinieron de Los Chorros, Lerma (España) y de La Estrella y Sibundoy (Colombia).
  • El 27 de marzo de 1977 funda el monasterio de Santa María del Monte Carmelo en San Cristóbal, Paramillo, Cueva del Oso. Las monjas vinieron todas de San Pedro de los Altos.
  • El 2 de septiembre de 1989 funda el monasterio de Santa María de la Consolación de la Montaña en la ciudad de Rubio (Estado de Táchira). Las monjas vinieron todas de San Cristóbal.
  • En abril de 1995 funda el monasterio de Santa María Reina de los Ángeles en La Guaira, trasladado después a Chirgüa (Estado de Carabobo). Las monjas vinieron de los monasterios de Rubio y San Cristóbal.
  • El 6 de diciembre de 2003, la Madre Lucía realiza su última fundación y la primera fuera de Venezuela. Se trata del monasterio de Santa María de Guadalupe en Monterrey (México). Las monjas vinieron de Rubio y San Cristóbal.
  • Todos estos monasterios fundados por la Madre Lucía (excepto el de Los Chorros de 1956) observan las Constituciones de 1990.

Carmelo de Santa María de la Consolación (Rubio)

En 1996, la Madre Lucía recibe una llamada de la Priora del Carmelo de Amposta (Tarragona, España). Dicha Priora le pide ayuda para su monasterio, compuesto por ocho monjas ancianas y a punto de cerrar. La Madre Lucía no dudó y ofreció a sus hijas. La noticia se propagó por los Carmelos de España y algunos solicitaron auxilio. La Madre Lucía ayudó a los siguientes monasterios españoles, vinculados desde entonces a su obra:

  • Monasterio del Sagrado Corazón (Amposta, Tarragona) enviando cuatro monjas.
  • Monasterio de San José (Écija, Sevilla) enviando una monja.
  • Monasterio de San José y Santa Teresa (Lucena, Córdoba) enviando dos monjas.
  • Monasterio de la Santísima Trinidad (Lugo, Galicia) enviando tres monjas.
  • Monasterio de Santa Ana y San José (Córdoba) enviando tres monjas.


En el día de sus Bodas de oro

Pero esta vida plena de actividad y con apreciables resultados va llegando a la hora del atardecer. La Madre Lucía del Niño Jesús y de la Santa Faz, cariñosamente llamada por sus hijas, “Nuestra Madre”, consagrará  sus últimos veintiséis años finales de vida carmelitana en el monasterio de Rubio, comunidad en continuo crecimiento. En estos días finales, la Madre se encuentra aquejada de diabetes, problemas de tensión arterial y cáncer de pulmón.

El 4 de septiembre de 2003, gravemente enferma, pudo hablar y hasta recordar a una Hermana la manera de tocar las campanas para anunciar su partida. También dijo esa mañana: “Anhelo ver a Jesusín”. Y dirigiéndose a la Subpriora: “Sólo me falta un impulso para salir”. La tensión arterial le empezó a bajar sensiblemente. Se llamó al médico que presuroso vino a atenderla. Hacia las 16:00 h, mientras le daban un masaje en la espalda para aliviarle el dolor que sentía, se produjo un paro respiratorio. De inmediato el médico procedió a atenderla, se reunió la Comunidad y entró el sacerdote para rezar la Recomendación del Alma. Mientras el sacerdote decía: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”; la Madre Lucía expiró y al instante brotaron de las comisuras de sus labios dos hilos de sangre. Eran las 16:25 de la tarde.

Tumba de la Madre Lucía en Rubio

Una vida de entrega incondicional se cerró en su aspecto temporal y se abrió a la luz de lo eterno. El amor y servicio incondicional a Dios, a la Iglesia, al Carmelo Descalzo y a todos los seres humanos que en este mundo ofrendó la Madre Lucía del Niño Jesús y de la Santa Faz, será para siempre la nota distintiva de su personalidad ante la Misericordia y la Majestad de Dios.



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