Este blog es realizado por un grupo de seglares, enamorados del Carmelo Descalzo, que quieren dar a conocer la figura de este insigne hijo de Santa Teresa del s. XX. Eminente Carmelita Descalzo de la Provincia de Castilla, durante 35 años fue confesor y director espiritual de Santa Maravillas de Jesús. Restauró el Santo Desierto de San José de las Batuecas, donde vivió 23 años entregado en soledad a la oración y el sacrificio. Allí definitivamente se unió con el Amado el 14 de junio de 1989 en olor de santidad.


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El P. Valentín en la vida de la Madre María Josefa del Corazón de Jesús

Audiencia del Beato Juan Pablo II
a la Madre María Josefa
La Madre María Josefa del Corazón de Jesús (María Isabel Trinidad Marco Garmendia), Carmelita Descalza del Cerro de los Ángeles en proceso de canonización, fue una de las hijas predilectas de Santa Maravillas de Jesús. Supo mantener y conservar su espíritu, colaborando con ella en todas sus fundaciones. Antes y durante su priorato en el Cerro de los Ángeles (agosto de 1958) tuvo por confesor al P. Valentín durante más de treinta y tres años y casi todos los años les daba también a la comunidad los Ejercicios Espirituales.

Ahora hacemos mención de uno de los primeros testimonios de la relación entre la Madre María Josefa y el P. Valentín. Por expreso deseo de Maribelica (desde pequeña así la llamaban y la Madre Maravillas siguió utilizando esta forma cariñosa), debido a su gran amor por la Orden del Carmen y al Santo Hábito Carmelitano, la Madre Maravillas le concedió para el día de su profesión solemne (13 de Diciembre de 1943) un "capricho piadoso": que el celebrante de la Santa Misa fuera distinto del predicador para tener el gusto de que el P. Valentín predicara con la capa blanca del Carmelo. Reproducimos parte de la homilía que el Padre Valentín dirigió a la Hermana:

Hoja de Profesíón de la Madre María Josefa donde especifica:
"me impuso el Santo Velo y predicó M. R. Padre Prior de Madrid
y confesor de la comunidad, Valentín de S. Jose C.D.
"Amadísima Hermana María Josefa: Ha terminado de profesar en esta mañana; voy a ponerle el velo. Con toda voluntad ha dado V.C. la palabra a Dios de ser suya hasta la muerte y con el velo voy a ponerle el signo de que es de Jesucristo. Ya no se pertenece. Acto para V.C. trascendental y significativo. Lo dicen las palabras de la imposición: ""Toma este velo, señal de pureza y amor que presentarás ante el tribunal de Dios Nuestro Señor para poseer la vida eterna y vivir para siempre".




Santa Maravillas en la huerta
del Cerro con la Madre María Josefa
La Madre María Josefa, siguiendo los pasos de Santa Maravillas, ayudó incondicionalmente al P. Valentín y al resto de Carmelitas Descalzos. Muestra de su gran caridad fue la ayuda mostrada al P. Valentín para la fundación de frailes en Talavera de la Reina. Esto lo había sugerido Santa Maravillas tras haber hablado con la priora de ese pueblo y ver la necesidad espiritual del lugar. Para sufragar los gastos, la Madre Maravillas lanza un S.O.S al Cerro pidiendo ayuda. Escribe la Madre Maravillas con su característico gracejo en una carta:

"Atención, atención, ya Talavera va a tener un nuevo templo, dedicado a la Reina del Cielo y Madre Nuestra, y Reina también de la tierra, por dicha nuestra. Telefonea Manolo que mañana a las nueve de la mañana vienen a por el mi...llón, y yo no tengo el mi...llón y hay que entregarlo sin remedio".

La Madre María Josefa rápidamente acude a la ayuda de la Santa y los Padres Carmelitas Descalzos (en particular del P. Valentín). Con la herencia de Doña Catalina (madre de una hermana del Cerro), y durante todo el año 1959, la Comunidad del Cerro, con su priora a la cabeza, trabajan sin descanso ayudando a los preparativos de esta fundación.

Salen grandes cajones con vajilla, utensilios de cocina, ropa, ornamentos; hasta los últimos detalles para que la Comunidad de Padres Carmelitas pudiera empezar su vida de observancia sin ninguna dificultad material.

Faltaba la imagen de la Virgen del Carmen para el altar mayor, y la Madre María Josefa, incansable en su generosidad, quita la que tenia en el altar mayor de la iglesia del Cerro y la manda a Talavera.

Iglesia del Desierto de San José de las Batuecas
Pero la generosidad de la Priora del Cerro y su Comunidad no acaba aquí. Cuando el P. Valentín marcha de conventual al Santo Desierto de San José de Batuecas, lugar de tantos recuerdos para la Madre María Josefa, ya que fue la cuna de su vocación carmelitana cuando el 18 de noviembre de 1938 la Madre Maravillas le abrió las puertas de ese provisional conventico que luego cederá a la Orden para eremitorio, preocupada porque a los frailes les pueda faltar lo necesario tan apartados del mundo, manda la camioneta del Cerro con todo lo que pueda serles indispensable. Recoge lo que encuentra en casa: leche, legumbres, fruta, pescado, huevos, comida... hasta llenarla... Ha recibido una limosna y, en lugar de ocuparla para las muchas necesidades que hay en su convento, la dedica íntegra a ellos. La tierra hay que labrarla y piensa que un tractor les ayudaría en el campo y les aliviaría el trabajo duro que éste conlleva, y consigue el primer tractor. En otra ocasión ve lo imprescindible que es para ellos el teléfono, para que puedan comunicarse en caso de necesidad, y no duda en sacrificarse para obtenerlo. Lo mismo que una lavadora para poder lavar toda la ropa de la pequeña hospedería.

En otro orden de cosas, el P. Valentín aconsejó y ayudó con su oración y sacrificio a la Madre María Josefa para la defensa de la herencia teresiana. Como ya ocurrió en el pasado con María de San José y Ana de Jesús, dos de las predilectas hijas de Santa Teresa que defendieron las constituciones de 1581 redactadas por la Santa Reformadora del Carmelo, la Madre María Josefa luchó denodadamente para mantenerlas.

Así instaba el P. Valentín a las monjas a orar y sacrificarse para que el Señor les concediera lo que en el lecho de muerte quiso Santa Teresa ("Hijas y muy señoras mías: por amor de Dios les pido que guarden su Regla y Constituciones..."):

"Vamos a empezar la campaña de oración y sacrificios a Dios, instándole muy calladamente y en silencio de influencias humanas, acudiendo sólo a Dios, a pedirle la misma petición, para que Dios haga que nos conceda la renovación, como al principio, y es como manda el Concilio: Volver a las fuentes de los Fundadores".

La Santísima Virgen  pagó los esfuerzos y  valentía de estos dos hijos fieles de Santa Teresa, concediéndoles la aprobación de las Constituciones Teresianas en la fiesta de su Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1990, a los noventa y dos monasterios que lo habían solicitado por medio de la Madre María Josefa que a la sazón era Presidenta de la Asociación Santa Teresa, iniciada por Santa Maravillas de Jesús.

Bibliografía

Carmelitas Descalzas del Cerro de los Ángeles, Breve Biografía de la Madre María Josefa del Corazón de Jesús, Getafe (Madrid), 2007. p. 198

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